sábado, 2 de octubre de 2010

NOTAS CLUB DE DEBATE MARTES 28 DE SEPTIEMBRE: INTERPRETACIÓN DE UNA EXQUISITA CONVERSACIÓN

LA CONCERTACIÓN DE PARTIDOS POR LA DEMOCRACIA: ESTADO ACTUAL Y PROYECCIONES EN EL ESCENARIO POLÍTICO CHILENO

La Concertación de Partidos por la Democracia tiene su origen como alianza política, en la idea de recuperar la democracia y afianzar la defensa de los derechos humanos. En términos prácticos dichos objetivos se habrían relacionado de manera casi idéntica con la derrota en las urnas del general Pinochet. En el proyecto ideológico de la concertación está su fuerza, pero también de algún modo su debilidad. Recuperar la democracia implica procesos mucho más complejos que los necesarios para que desapareciera el dictador de turno. Después de largos años de ejercicio autoritario, se debía traer a la vida instituciones y procesos democráticos que nunca aceptaron su jubilación anticipada. Se requería propiciar espacios de encuentro. salvar las confianzas perdidas entre estado, sociedad civil y actores de sistema político.

La concertación en tal sentido logra ser exitosa en dos aspectos, por una parte recuperar la oportunidad de abrir la democracia y administrarla; y por otro, en consolidarse como un bloque político permanente en el tiempo, capaz de recuperar y/o neutralizar las diferencias de sus integrantes para colocarlas al servicio de un proyecto programático general.

La otra cara de este mismo proceso se engancha de los mismos fines que la hacen admirable como modelo político. Si su proyecto es la democracia, ésta ya viene diseñada, con los planos del arquitecto castrense mayor. Las barreras de entrada para la construcción del proyecto que imaginaron los líderes de este conglomerado, son altas. Más que como un Miguel Ángel, la concertación debe operar de entrada como el maestro que entra a picar, pero sin margen de maniobra: primer atentado al proyecto concertacionista.

Su segunda debilidad está ligada al menos en parte, a esta desilusionante realidad. Atareada en administrar el miedo de los primeros años y ganar terreno en la lucha contra los enclaves autoritarios, descuida otra parte importante del entorno. Se olvida que la democracia llave en mano neoliberal, tiene hijos: los ciudadanos del consumo. Las demandas ciudadanas crecen exponencialmente, pero no en la línea de los grandes valores que orientaron el surgimiento de la Concertación. El mundo cambió, la globalización, el desarrollo de grupos y subgrupos de interés se escapa a los lentos mecanismos de mediación y representación que presentan los partidos políticos.

La adhesión de las comunidades a nuevos temas propios de un país que ha “superado” los que una década antes eran condiciones para el establecimiento de una democracia real, parece ser algo que nadie discute. Nuevos intereses, nuevas formas de organización, se cuelan en los intersticios que deja la falta de respuestas. Contribuye a esta inacción, la excesiva confianza del ex bloque gobernante en dos aspectos: 1) El convencimiento de ser poseedores del monopolio de los grandes valores y pensar que dicha autoridad moral se transformaría per secula seculorum, en votos recién salidos del horno. Su debilidad está ligada al menosprecio de su competencia política, a la falta de visión estratégica como organización de partidos, no están mirando al resto de los actores del sistema político en forma sería. 2) El pragmatismo electoral que opera al interior de cada partido concertacionista, brújula que pasa por encima de los congresos programáticos, jornadas cargadas de actitud reflexiva y procesos de refundación varios. Conquistar a la ciudadanía a corto plazo sin mirar que está ha crecido y que ya tiene patas y buche. Mientras, en el otrora patio propio del progresismo- la organización vecinal, barrial, la construcción comunal – se instala lenta, pero sostenidamente la nueva derecha política. Dicho bloque algo ha aprendido, escucha y lee cada vez un poquito mejor los palpitos del corazón ciudadano de nuevo cuño. Sintoniza más rápido y fuerte con el pragmatismo que exigen las masas para no arriesgar nada de lo ganado y seguir avanzando sin necesidad de grandes compromisos colectivos ni metarrelatos.

Así y todo, lo que viene para los próximos años (nueve siglos siguientes) está para cualquiera, si cualquiera se simplifica a dos. Este pluralismo polarizado nuestro de cada día, tan soporífero como estable, se consolida sin sombras ni amenazas gracias a nuestro sistema electoral; Mecanismo que de tan indeseable, pasó a ser un mal necesario sin que nos diéramos cuenta. Cristalizadas las alas, ya nadie vuela, y la democracia raya en la fomedad. El modelo generador de riqueza y desigualdad, sigue su curso y goza de buena salud, gracias a que los relevos funcionan con prolijidad en el traspaso del bastón.

¿Cómo diferenciarse, cuando las distinciones están desnutridas?

Las obras no son suficientes para establecer diferencias, el gobierno de Eduardo Freí fue entre todos los de la Concertación, el que alcanzó mayor nivel de eficiencia en el cumplimiento de metas y objetivos programados (51%). Sin embargo, resplandece entre las estrellas de otro cielo. Medios de comunicación y ciudadanía , lo asocian a un mandato cargado de inercia y carente de todo brillo.

Una tesis interesante surge para ser analizada. La única forma que la concertación vuelva a ser alternativa de gobierno es que se autodestruya. Es hora de que la desdibujada coalición lleve a cabo todo lo que no hizo por temor a la casta militar saliente. La expresión más importante y clara de esta intención de superarse a sí misma como opción organizada de conducción, es promover y forzar la representatividad popular: Una asamblea Nacional Constituyente.

Una segunda tesis sostiene en respuesta, la imposibilidad de aquello ocurra en el actual contexto. La pauta de conducta política en un sistema que en términos hípicos, paga a ganador y a place, entrega muy pocos incentivos para cambios radicales. Fuerzas políticas muy bien adaptadas y siempre bien recibidas en todos los salones, no apostarían por una asamblea constituyente, menos si lo que tienen que hacer es aumentar en un delta relativamente menor su esfuerzo para triunfar. El riesgo del apostador aquí es mínimo. La estrategia está en jugársela por el fallo fotográfico por cabeza (en el margen). La alternancia en el poder puede ser un costo mínimo y tolerable al lado, de la total incertidumbre.

Los nuevos votantes (cambio en el sistema de inscripción en los registros electorales), son una caja negra a medias, por número podrían girar el país y ponerlo de cabeza, hasta que caigan políticos con las cualidades que exige una comunidad cada vez más demandante. Sin embargo, los estudios do opinión permiten inferir que su participación no impondrá mayores tempestades al sistema político. Sus tendencias en variedad de opinión y preferencias, muestran no ser muy diferentes de las de aquellos que están votando hoy día.

El proceso debe apostar a potenciar redes ciudadanas que reflexionen, participen y vayan generando mecanismos amplios e inclusivos para la interacción constante. De manera paulatina, se avanzará en la construcción de visiones y formas de participación que derivaran en propuestas avanzadas de representatividad y administración de la democracia, sean éstas una asamblea constituyente o cualquiera otra forma política construida con tiempo, esmero y respeto a las personas.

Una tercera tesis sostiene que un nuevo proyecto político sólo es factible si se apela a lo nacional y la educación cívica. Ese sentimiento unificador en torno a la patria y el compromiso con el bien común serían la clave de cualquier transformación. La respuesta a esa tesis, nos devuelve al pasado europeo donde el nacionalismo construyó proyectos políticos autoritarios depredadores y muy difíciles de olvidar. Para el caso latinoamericano, simplemente se puede señalar que los experimentos amparados en este apego irrestricto a la patria son, pese su incalculable daño, un muerto que aún sangra por la herida.

¿A qué acudir?, ¿Desde dónde interpela y mueve un nuevo proyecto político?Una tesis final, señala que la proyección de un referente político de mayor alcance, pasa por su apelación simbólica a la idea del regionalismo como bandera de lucha. Una sentida reivindicación que ya tiene larga data, una demanda legítima que el sistema político actual nunca ha recogido con seriedad.

J.T

lunes, 27 de septiembre de 2010

Conversar es un placer

Quedan cordialmente invitados a asistir este martes 28 de septiembre a nuestra reunión semanal para reflexionar y debatir sobre un tema de interés general. La cita es en un lugar sencillo, acogedor y con un buen café. En esta ocasión te invitamos a conversar sobre:

La concertación de Partidos por la Democracia: estado actual y proyecciones en el escenario político chileno

Por cualquier eventualidad nuestros celulares son:
Jorge: 9-5819243 / Héctor 6-8490002
Hora: 21:00
Café Julio
Merced 372 (entre José Miguel de la Barra y Lastarria)

¡Te espero!

viernes, 3 de septiembre de 2010

GANA LA IMAGEN POR MAYORÍA

Las decisiones tomadas en las últimas semanas por el presidente Sebastián Piñera, el modo en que éstas son procesadas y el alza que significaron en la popularidad del gobierno, nos enfrentan a una reflexión que pide espacios desde hace ya mucho tiempo.

El poder de las instituciones como sinónimo de tranquilidad y encauce democrático, no basta para contener la cascada de demandas que se impone en el nuevo paisaje chileno. Muchos son los target de la actividad política, varias las caras de los ciudadanos y hoy como nunca, múltiples sus preferencias y opciones. A la participación tradicional, se suma con más fuerza la inclusión en el consumo, el ejercicio de ciudadanía ecológica, el guiño al multiculturalidad y el deseo de vivir en redes deslocalizadas territorialmente.

Gobernar no es educar, ni luchar por una patria más justa y solidaria, eso siempre será una linda inspiración a la que echar mano, cuando el hiperrealismo de la actividad pública nos mate con su estudiada rutina. Gobernar es administrar nichos, grupos de clientes cada vez más exigentes respecto a intereses específicos, cada vez menos rigurosos en lo que al bien común concierne.

En ese modelo, la administración reemplaza a la conducción trascendente. Propuestas ideológicas primas hermanas, se suceden sin que nada suceda demasiado.

Cambio en la gerencia, nuevos planes, nuevas relaciones con los clientes. Planificación estratégica, encuestas, tele política y focus group para definir el paquete de medidas adecuadas. Carisma le llaman a una de las herramientas de marketing personal que utilizan los cercanos al presidente o presidenta. Preguntemos a Lagos, Bachelet y Golborne como es que la rompen en las encuestas, sólo a meses de estar gobernando. Dos posibilidades me vienen a la mente, tenemos la gente más eficiente del mundo trabajando en esta parte de América o es que ha nacido un sector de la industria no tradicional que podría reemplazar a futuro los ingresos del cobre: Producción de liderazgo de alto rendimiento (Avatar y Asociados).

El candidato conoce lo que quieren sus públicos, ha mirado su FODA una y otra vez, y está listo para salir a la batalla. Seducir clientes es la primera etapa, fidelizarlos es la segunda y más dura de las tareas. Las estadísticas cuatrimestrales darán clara noción de si la estrategia 360º tiene resultados. Se debe monitorear constantemente, la oferta es amplia, el dumping político es más fácil cuando no se está en el gobierno, el candidato debe compensar mostrando acción y no sólo reacción. Estos públicos no perdonan cuando el producto es defectuoso, la competencia tampoco.
El plan del líder debe recurrir al valor añadido, el servicio de post venta. Marcar la diferencia no es una opción, es un objetivo para evitar ser invisible, pregúntele al ex presidente Freí o a su jefe de comunicaciones de aquel entonces.

Piñera no decide actuar, debe hacerlo según reza el manual de servicio de atención al usuario, el problema es cómo. Sus públicos le abren el camino. Antes que ocuparse de múltiples y muy variadas necesidades, ellos le indican una común y urgente, una que de tan masiva y mediática, se come al resto de los problemas y ahora en alta definición. Menos gastos en estudios de opinión, la demanda está clara como agua de reserva natural. La solución pasa por evaluar a mis otros públicos objetivos, pocos pero determinantes, los que ponen las maquinas para sacar los mineros, y las lucas para reemplazar los árboles. No tiene problemas aquí tampoco, los conoce, lo conocen, se conocen, el credo es la gran empresa llamada Chile. La estabilidad está asegurada, la decisión que tome el presidente, cuenta con respaldo del directorio. El país lo arreglamos con conversaciones y confianza, exorcizando los males, olvidándonos un ratito del férreo orden Portaliano, al fin y al cabo éste goza de ciertos vicios de origen (Portales asume el Estado para evitar la intervención pública en sus negocios).
Los estudios de mercado (encuestas) indican que para ser un presi de primera, acelera, acelera señor conductor. Golpee la mesa, muestre fuerza e independencia. Regálenos grandes razones para estar unidos, ojalá con crisis para tener feriados ilegales, si ya ni nos vemos de tanto trabajar.

¿Que dice el público? Para declarar estadistas y líderes carismáticos pocos documentos, acceso liberado y una eterna Teletonización de la vida cotidiana, iniciativas que nos devuelvan el sentido desde grandes causas ya que las pequeñas no alcanzan. La solidaridad y el amor al estilo Broadway y Las Vegas, lo purifican todo. Pocas y muy bien construidas causas. Es más cómodo para el líder, es más práctico para el ciudadano del consumo.

Candidatos futuros, vayan preparando su mix marketing, si quieren correr con algún grado de posibilidad. Como tips comience experimentando en un reality, juegue un poco con su personalidad ante las cámaras y contrate monitoreo de medios. Lea sagradamente en su encierro, su clipping electrónico de cada día.


J.T

jueves, 29 de julio de 2010

POLÍTICAS PÚBLICAS PARA PUEBLOS INDÍGENAS

Un indicador claro de los avances o retrocesos de una política pública destinada a afianzar el patrimonio cultural y derechos de los pueblos indígenas, reside en el nivel y composición del presupuesto anual asignado para el trabajo en esta matería. Si quieres conocer que pasa hoy en nuestro país con este tema, te invito a leer:

Proyecto de Presupuesto Público 2011 y políticas indígenas. ¿Acorde con las obligaciones del estado y la realidad indígena
http://www.politicaspublicas.net/panel/index.php?option=com_content&view=article&id=664:presupuesto-2011&catid=300:gpresupuesto&Itemid=653

lunes, 26 de julio de 2010

POBREZA DESMEDIDA, POBREZA POCO MEDIDA

Pobreza es un concepto para el cual existen metodológicamente todavía muy “pobres” definiciones. Mirarla con atención no sólo requiere una buena fotografía, implica ante todo, capturar una realidad en constante movimiento. Involucra de manera inevitable, mensurar su extensión e implicancias en el tiempo.

¿Por qué debería importarle a la inmensa mayoría, que no se reconoce en el “humillante” adjetivo y que aunque tenga precarias condiciones de vida, siempre ve a los pobres al otro lado de su cerco? Simplemente porque medir con precisión la pobreza, permitirá enfrentarnos como sociedad con nuestras verdades de cada día y concluir si las políticas aplicadas, están permitiendo mejorar nuestra condición o sí simplemente la disfrazan.

Existen un par controversias que deben resolverse antes.

1.- ¿La pobreza es relativa o absoluta?, es decir, asumimos que el más pobre lo es porque tiene menos que el resto dentro de su comunidad o país, o porque hay un umbral de bienestar mínimo bajo el cual la condición y dignidad humana corren riesgo de no sostenerse por sí mismas.

La definición de pobreza debe tomar ambas dimensiones, por una parte la pobreza sería absoluta (PA) en términos de carencia y necesidades básicas: La existencia de ciudadanos que no logran alimentarse o cobijarse, pertenecen a un innegable núcleo de pobreza con independencia del instrumento utilizado.

Por otra parte, la pobreza puede ser vista en términos relativos (PR). Dicho análisis involucra observar la disponibilidad de satisfactores (bienes y servicios) que una comunidad o país tiene para satisfacer dichas carencias versus las oportunidades que unos tienen por sobre los otros para acceder a ellos. En este caso, habrá ciudadanos más pobres que otros.
Los especialistas concordarán conmigo en que las conclusiones no pueden ser otras: 1) Hay un núcleo irreductible de pobreza (PA), donde la responsabilidad no puede ser eludida ni simplificada 2) Superados los niveles de subsistencia alimenticios (PA) se hace cada vez más complejo determinar quien es pobre relativamente. 2) Cada vez que se pisa este terreno, debemos asumir también que los nuevos dominios de la conversación se llaman igualdad, equidad y eficiencia redistributiva.[1]

En esto último punto, gran parte de la academia concuerda con el sentido común: menos diferencias de acceso a los recursos, menos ancho de banda para la pobreza relativa.

2.- ¿La pobreza es principalmente económica[2] (falta de capacidad para acceder a bienes y servicios) o está ligada a dimensiones de orden cultural, social y espiritual? Las lógicas de validación o exclusión de una sociedad determinada, pueden perfectamente dejar fuera del dialogo social y del acceso a oportunidades en diferentes ámbitos a cualquiera, incluso a quienes pueden ser maestros del autoabastecimiento. Por favor, fije su mirada en la poca afortunada calificación de “roto con plata”. Por otra parte ¿No ha visto usted más de alguna vez a personas que teniendo los ingresos para satisfacer todas sus necesidades, sólo apuntan a unas pocas, sin lograr romper el círculo vicioso? Asistimos al absurdo de este enfoque basado en la disponibilidad de ingreso: Una persona con casi todas sus necesidades insatisfechas y/o estando privado de múltiples espacios de participación, será considerado de cualquier forma, como alguien que no es pobre por el nivel de sus ingresos. ¿No le pasará al vecino?, ¿no le pasará a ...? sigamos.

El enfoque de Amaratya Sen: Capacidades y realizaciones

Una contribución que sin duda, cambió la mirada de la pobreza, nace de los conceptos de capacidad y realizaciones, marca registrada del economista y premio Nóbel de su especialidad 1998, Amaratya Sen[3].
La pobreza estaría asociada a la carencia de capacidades para satisfacer las necesidades que son importantes para la vida. Desde está perspectiva importa bastante menos el ingreso o los bienes y servicios en sí mismos, que las capacidades de las personas para convertirlos en realización y satisfacción efectiva.

La pregunta en este sentido es más estructural ¿se reúnen las condiciones para que los ciudadanos puedan convertir el ingreso en capacidades reales para satisfacer sus necesidades?

Muy probablemente no, son muchas barreras instaladas en la vida de las personas - diferencias de genero, edad, los niveles de educación, disposición a enfermedades, entorno físico y ambiental - que influirán en como ellas utilizan los medios que se le presentan para subsistir y funcionar socialmente.

La pobreza en suma estaría dada, por la falta de oportunidades reales para desarrollarse y ejercer la elección de aquellas cosas que me entregan un adecuado mínimo nivel de vida. Corresponde a una falla o carencia de algunas capacidades básicas para funcionar o lograr ciertas realizaciones. Es en suma, la imposibilidad de convertir medios en fines.[4]

Una sociedad donde las políticas de salud entreguen escasa cobertura a sus ciudadanos, por ejemplo, impedirá que niños discapacitados o con enfermedades costosas, puedan pensar siquiera ejercer su derecho a educación. El que en el hogar lograran duplicar el ingreso de corte, no les permitiría pagar la gran cantidad de medicamentos necesarios, además del transporte y subsistencia diaria. Este aumento en el sueldo, no los dejaría fuera de la pobreza, sólo los borraría registros de ella.

La Perspectiva del Banco Mundial

Este organismo multilateral define pobreza como la incapacidad para alcanzar un nivel de vida mínimo[5]. En este sentido, coincide inicialmente con la definición de Sen en lo que dice relación con condiciones ligadas al sujeto y su ambiente.

Dicha definición sin embargo, se alejará paulatinamente del enfoque dado por el Economista Indio. Contiene dos elementos fundamentales que la caracterizan como tal:

1) El gasto necesario para acceder a un estándar mínimo de
nutrición y otras necesidades muy básicas y 2) la cantidad que varía de un país a otro y que refleja el costo que tiene la participación en la vida diaria de las sociedades.

Si bien el Banco Mundial ha reconocido la necesidad de una línea internacional de pobreza que esté “basada más allá del consumo”, no la ha desarrollado ni se ha estimado el costo para el segundo elemento “participativo” de la definición.

Para esta institución el gasto resulta más fácil de medir ““observando los precios de los alimentos que constituyen las dietas de los pobres”, mientras que el segundo criterio estaba más teñido de subjetividad “en algunos países, la instalación de cañerías en las viviendas del hogar es un lujo, pero en otros es una ‘necesidad’”[6].

Sen y el PNUD a la ofensiva:

Sen sostiene que la identificación de niveles mínimos aceptables de ciertas capacidades básicas en las personas[7] puede proporcionar una línea de corte real de la pobreza. Quien esté por debajo de dichos niveles sufre privaciones inaceptables y visibles en los indicadores que darían información para focalizar políticas públicas.
En lugar de hacer énfasis en los bienes materiales (ingreso), hay que fijarse en las capacidades del individuo para poder vivir el tipo de vida que valora. El UNDP sigue esta línea al identificar la pobreza considerando la carencia de capacidades humanas básicas que se manifiestan en problemas tales como: analfabetismo, desnutrición, tiempo de vida corto, mala salud materna y padecimientos por enfermedades prevenibles.
Se ha denominado a este enfoque pobreza humana, porque se centra no
en lo que la gente tiene o no tiene sino en lo que la gente puede o no puede hacer. Se mira acá más las personas y sus necesidades al desnudo, que a los números en traje de fiesta.

Las mediciones a examen:

Dos son las principales aproximaciones metodologías utilizadas en América Latina para medir y caracterizar la pobreza: el llamado método del ingreso o de las líneas de pobreza (LP) y el método directo de los indicadores sociales, cuya estrella principal son los mapas de necesidades básicas insatisfechas (NBI).

Entre estas diferencias de “forma” existen contrastes de“fondo” que impiden puedan ser alternativas. Una se basa en la competencia económica para satisfacer necesidades esenciales o básicas, mientras que la otra, en la observación del consumo real de las personas con relación a determinadas convenciones sobre necesidades mínimas. Diferentes concepciones de la pobreza, llevan a medirla de manera distinta, sin que haya mucho espacio para que ambos tipos de enfoques se encuentren en el análisis de resultados y conclusiones que es lo que importa al gestor de políticas, al que las administra y los que asumimos sus efectos.

Veamos la medición que más suena en nuestros oídos: línea de pobreza

La definición de una línea de pobreza apunta a que hay un nivel de
ingreso o consumo bajo el cual se estima que una persona o familia no ha
alcanzado el nivel de bienestar mínimo. Funcionalmente distingue quienes son considerados pobres en una sociedad de aquellos que no lo son.

Si aceptáramos la certeza de este indicador, estaríamos en condiciones de determinar con relativa facilidad estadística, la incidencia de la pobreza. Esto es, cuan extendida está en un país, región o comunidad, esta falta de recursos económicos para proveerse lo necesario.


El Método de las líneas de pobreza:



Señalemos antes de cualquier otra consideración que dicho conjunto de procedimientos considera en el papel dos tipos de pobreza: absoluta y relativa.


a) Línea de Pobreza Absoluta.
Nada más ni nada menos que el nivel de ingreso o consumo mínimo que una persona o familia requiere para la subsistencia, en término de necesidades alimenticias básicas.

En términos operacionales el costo de una canasta básica [8]que satisfaga el consumo de calorías y proteínas mínimas necesarias para mantener la actividad física y la estructura.

En Chile se utiliza esta línea de pobreza para definir la línea de pobreza extrema o indigencia (miseria, penuria, escasez, cuenta el diccionario)

La línea de pobreza considera a diferencia de la anterior, consumo alimentario y no alimentario. Se obtiene multiplicando por dos el costo de la canasta básica. Esta operación no nos dice precisamente que un pobre disfruta lo que dos indigentes. Su fijación, proviene de la observación de consumo en las Encuestas de presupuestos familiares.[9]
Existen asimismo, diferencias en la definición de línea de pobreza para el espacio rural y ciudad. Aunque en el primero se produce un mayor requerimiento promedio de energía, ambas líneas son de menor valor dado el menor costo de los alimentos. Así la línea de indigencia rural es el 77% del valor de la urbana y la línea de pobreza rural es 1.75 veces el monto de la línea de indigencia rural.

EL BANCO MUNDIAL Y LA MARCA DE LA POBREZA
El banco Mundial, con la finalidad de hacer comparaciones internacionales, ha establecido una línea de pobreza absoluta de US$1 al día por persona (US$ 2 para la relativa), basado en el índice de precios de Estados Unidos de 1985 y actualizada en 1993. Esta línea pobreza es normalmente usada en África y el Sudeste Asiático, mientras que en América Latina sube a US$2 diarios y se acerca US$4 en Europa del Este y Asia Central. Para el caso de China US$ 0.60 diarios por persona.

TABLA I: LOS POBRES Y SUS INGRESOS SEGÚN MÉTODO LINEAS DE POBREZA EN CHILE (ENCUESTA CASEN 2009)



b) Líneas de pobreza relativa


La utilización del criterio del ingreso necesario para disponer de una canasta doble (2 canastas) que incorpora bienes alimentarios y no alimentarios, está lejos de ser una medida de pobreza relativa.

La pobreza relativa no aparece de manera real en los indicadores del banco mundial ni en los latinoamericanos, pues sugiere una mirada más profunda a la desigualdad. En ese sentido instala nuevamente la pregunta sobre las capacidades instaladas, más allá del ingreso.

Éste no da cuenta precisa del nivel de vida de un hogar, ignora el patrimonio, la solidaridad familiar, la producción doméstica y la red relacional.
Mientras más débil es el nivel de vida de los desfavorecidos en relación al resto de la población, mas alta será la tasa de pobreza relativa.
Un aumento en los ingresos homogéneo a toda la población disminuye la pobreza absoluta, pero no la relativa, queda igual. Un aumento diferenciado, pero que es menor para sectores más desposeídos termina disminuyendo la pobreza absoluta (más dinero para cubrir las mismas necesidades), pero aumentando de pobreza relativa de esos grupos (mayor diferencia de dinero con los otros para cubrir las mismas necesidades).[10]

Nuestro país carece de propuestas serías en términos de medir la pobreza relativa. Martner señala que en este lado del mundo debiesen utilizarse líneas de pobreza relativas como las que calcula la Unión Europea, con líneas de 40%, 50% y 60% del valor de la mediana de los ingresos por unidad de consumo o la que calcula la CEPAL con 50% de la mediana[11]. La base de esta propuesta es que se considera pobre a aquel cuyo consumo cae bajo las normas sociales y estándares de consumo que evolucionan según el ingreso de la familia típica del sector medio de la sociedad. Dicha formula pondera además el ingreso al interior de la familia de manera distinta, dependiendo si se trata de niño o adulto.

Esta metodología ha demostrado ser bastante útil en países desarrollados, donde el problema de obtención de ingresos equivalentes a una caja de alimentos es secundario (las políticas de bienestar permiten asegurarlas aún en tiempos de desempleo), frente a la existencia de brechas derivadas de la desigual distribución de ingresos y activos en toda la población.

Lo anterior sin embargo, no quita del frente el gran problema que reviste un indicador que si bien parece tener mayores fundamentos, no puede defender la arbitrariedad implícita en el porcentaje de la mediana (¿por qué ese y no otro?).

La medición de la pobreza relativa requiere implementar en Chile estrategias de medición que adopten los indicadores usados por la Unión Europea y que paralelamente se aboquen a la construcción de indicadores multidimensionales y también subjetivos de pobreza.

Principales problemas del método de líneas de pobreza

Este tipo de mediciones pasan por alto la existencia de fenómenos como ingresos familiares bajo la línea de pobreza acompañados de consumo sobre ella (endeudamiento) y viceversa, ingresos sobre la línea acompañados de gastos bajo ella (por ejemplo, el ahorro).

El método líneas de pobreza o método de medición monetario de la pobreza
Involucra dos etapas fundamentales: determinar la línea de pobreza y luego obtener los datos sobre los ingresos de los hogares o la distribución de los gastos. En esta última etapa encontramos un nuevo problema: La no declaración o sub-declaración de ingresos por parte de los entrevistados en las encuestas de hogares. Por diferentes razones tienden a no contar cual es su ingreso o a declararlo parcialmente. Dicho fenómeno afecta la estimación de la pobreza. [12]
Por otra parte en espacios rurales, es frecuente el Autoabastecimiento familiar para una serie de productos, lo que hace más complejo estimar el ingreso y también el consumo.

El enfoque de las necesidades Básicas Insatisfechas(NBI)

Este método define como pobre a toda la población que tiene una o más necesidades insatisfechas y los clasifica en diversas categorías de pobreza según la carencia o tipo de necesidad insatisfecha. Ha sido asociado a los “Mapas de Pobreza” en América Latina que han analizado la situación del
hogar usando indicadores preferentemente asociados a la vivienda. Similar enfoque tiene el programa de desarrollo humano en esta materia. Su metodología apunta a medir acceso a bienes, servicios e infraestructura necesarios para el desarrollo de las capacidades humanas básicas

En Chile no ha habido un desarrollo sustancial de aplicaciones metodológicamente consistente basada en el enfoque de las NBI.[13]
Se han implementado los conocidos “Mapas de la Pobreza” y algunos otros estudios que no han alcanzado gran difusión. Cuya base de información son censos a partir de 1970. La encuesta CASEN, por su parte, ha ido progresivamente incorporando variables que pueden ser utilizadas para análisis de la pobreza desde la metodología asociada a NBI.

La fuerza del enfoque de necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), radica en la evaluación de disponibilidad real de satisfactores a las necesidades en diferentes ámbitos básicos y esenciales para la subsistencia. Es una medición en términos de satisfacción más aguda que la del ingreso, pero comparte con está última la debilidad de medir disponibilidad de bienes y servicios , asimilando su carencia a pobreza, cuando dichos recursos no son en si mismos necesidades satisfechas, sino medios para conseguir ese fin.

Desde esa perspectiva alguien puede poseer servicios básicos en el hogar y acceso a educación, sin que sus necesidades estén satisfechas. El nivel básico de alimentación, abrigo y educación entre otras necesidades, varía según la persona tenga buena salud o sufra de enfermedades, sea mujer u hombre, tenga déficit de aprendizaje o excelentes rendimientos.
Por otro lado, el método tiene entre sus supuestos básicos que todas las necesidades son igualmente importantes (falta la satisfacción de una de ellas y se está en zona de pobreza), cuestión muy discutible desde donde se le mire.

La comparación a través del tiempo es otra de las grandes dificultades cuando la información base proviene de censos (lapsos largos de tiempo). A eso debe sumarse la falta de actualización de los umbrales mínimos de satisfacción que
puede llevar a análisis inexactos acerca de la evolución de la pobreza.

Finalmente las diferencias entre las zonas rurales y la ciudad no han sido consignadas del todo. Pese a ello hay que destacar algunos ejemplos de progreso. La falta de conexión a la red básica de agua, luz y alcantarillado, no es considerada ahora como una NBI en zonas rurales (norias, velas y pozos son considerados satisfactores adecuados): Si sería pobre en la ciudad quien usará por ejemplo, sistemas de iluminación artesanal.

A continuación se presenta un cuadro comparativo entre estas dos metodologías


TABLA II: COMPARACIÓN DOS PRINCIPALES MÉTODOS DE MEDICIÓN DE LA POBREZA







ENFOQUES METODOLÓGICOS DE LA POBREZA Y POLÍTICAS SOCIALES

El largo ancho, pero sobre todo el alto de una política social en pobreza está relacionado con el enfoque metodológico que se asuma para su estudio.

La medición monetaria de la pobreza, cuantifica el fenómeno y lo hace comparable de manera sistemática, pero invisibliliza la subjetividad que está detrás de ella. Las políticas derivadas de su análisis terminan siendo asistencialistas, porque no pueden discriminar entre capacidades. Sólo ven al enfermo, sin saber que enfermedad tiene.

Las mediciones que incorporan un enfoque de capacidades, son más complejas e involucran la convergencia de una serie de herramientas objetivas y subjetivas, cuyo resultado no es rápido ni siempre concluyente. Sin embargo permiten visualizar las condicionantes personales de la pobreza, y por lo mismo, generar programas destinados a habilitar a los sujetos de competencias básicas para la administración de sus necesidades y el empoderamiento.


Las mediciones basadas en el respecto a los derechos, tienen alto valor subjetivo, completan el mapa de pobreza como negación o insuficiencia de las condiciones básicas para garantizar el ejercicio de la libertad y elección personal. Requieren respuestas públicas traducidas en instituciones que garanticen el cumplimiento de sus derechos.

Ellas al igual que las metodologías basadas en capacidades entregan resultados que siempre implican políticas de mayor costo y complejidad, resultados poco eficientes en el corto plazo, pero alto valor transformador en términos estructurales.

TABLA III: LA POBREZA Y LAS POLÍTICAS ASOCIADAS SEGÚN SUS ENFOQUES (MODELO GREGORIO CAYO Y EDWIN BRICEÑO)[16]




Finalmente

Las metodologías utilizadas favorecen o dificultan el análisis de la pobreza. Impiden o impulsan la discusión social y la apretura de la agenda país a estos temas, por ende son en parte responsables de la existencia y evolución de programas sociales específicos y focalizados. Nuestros enfoques están en deuda todavía con la necesidad de identificar y aniquilar la pobreza que existe en Chile y la región.
Nuestras metodologías deben apuntar a mirarla en su multidimensionalidad y en el rescate de la pluralidad de pobrezas existentes en las poblaciones del mundo. Para América latina es un desafío quitar el velo a sus niveles de insatisfacción absoluta y relativa.

Avanzar hoy en esta materia es, considerar no sólo a los más pobres, sino a todos aquellos que experimentan desventaja respecto a otros en la redistribución de satisfactores y oportunidades en el ámbito cultural, social y económico.
En esta línea, tiene mucho sentido trabajar con indicadores que permitan medir la pobreza relativa en nuestro país. El desafío del futuro, al ritmo que las políticas de bienestar avanzan, no será sólo cubrir las necesidades de aquellos que no logran el monto de la canasta básica- reflejado o no en las encuestas, probablemente quedará mejor cubierto- sino en encontrar mecanismos para superar las brechas de desigualdad y exclusión que gozan de muy buena salud. Ellas afectan a toda la población.

Ampliar la discusión a toda la población es un derecho humano y una oportunidad para que en medio de políticas de corte liberal, los ciudadanos puedan ejercer de verdad, la libertad de elegir. Un pobre es un esclavo de sus circunstancias, toma lo que tiene y no lo que necesita.

Mirar la pobreza con intensidad y compromiso, significa entonces avanzar en el derecho a participar de los bienes simbólicos y materiales de una comunidad o país.













J.T.C
[1] Oliva López Arellano, Desigualdad, pobreza, inequidad y exclusión. Diferencias
Conceptuales e Implicaciones para las Políticas Públicas. Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM) – México. Disponible en formato pdf: http://www.paho.org/spanish/dpm/shd/hp/hp-xi-taller04-pres-lopez-arellano.pdf

[2] Para profundizar en la evolución del concepto de pobreza y su orientación económica, puede revisarse Mauricio Olavarria. Pobreza:
Conceptos y Medidas. Documento de Trabajo Nº 76. Universidad de Chile, Instituto de Ciencia Política. Marzo 2001.
[3] Amaratya Sen, es un destacado Doctor en Economía y profesor Universitarío de Harvard. Ha realizado clases en India, Inglaterra y Estados Unidos. Sus trabajos a finales de la década de los 60 y principios de los 70, han contribuido a definir el campo de la elección social. La obra más reconocida de Sen es su ensayo Pobreza y hambruna: un ensayo sobre el derecho y la privación (Poverty and Famines: An Essay on Entitlements and Deprivation) de 1981, en el cual demostró que el hambre no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de alimentos.

[4] Las realizaciones aludidas pueden ir desde logros físicos, como estar bien alimentado, con adecuada vestimenta y vivienda, ser saludable, hasta las más complejas realizaciones sociales como participar en la vida de la comunidad, ser capaz de aparecer en público sin avergonzarse, por ejemplo. Sen, Amartya, The political economy of targetin”, en Dominique van de Walle y Kimberly Nead, Eds., Public spending and the poor. Theory and evidence (Washington DC: The World Bank, 1995).
[5] Véase Banco Mundial, Banco Mundial 1990 World Development Report 1990: poverty
Washington DC. Pags 26-27.
[6] Ibíd.
[7] Amartya Sen, 1996, Pág. 67.
[8] En América Latina se ha instalado el criterio de “corte” de la pobreza en base a la Canasta Básica de Alimentos (CBA)
Dicha canasta toma los lineamientos planteados por CEPAL para su estructuración, esto es:
1) satisfacer necesidades básicas nutricionales 2) ajustarse a hábitos de consumo de cada sociedad 3) coherencia con la oferta de productos y precios relativos de cada país.


[9]Estos resultados dan cuenta de que el estrato que primero satisface sus necesidades es el quintil central de ingreso, cuyo consumo total es equivalente a 2.19 veces el gasto total de alimentos del hogar (Teitelboim, 1990, citado en Urmeneta, 1995). Ese cuociente ha sido redondeado, estableciéndose de ese modo el factor 2. En Mauricio Olavaria, Op cit. pag.19
[10] Gonzalo Martner. Líneas de Pobreza y Programas de Empleo Social en chile. Documento de trabajo Nº 3, 2006. Pág.7.
[11] La mediana es un valor central, pero se diferencia de la media o promedio en que es más estable y robusta estadísticamente, véase Ibíd.
[12] CEPAL ha estimado que la subestimación de ingresos va entre un 15% a 40% en la región. Véase Mauricio Echeverría, Op. cit., Pág. 21.
[13] Carrasco, Sebastián; Martínez, Jorge y Vial, Claudia, Población y necesidades
básicas en Chile: un acercamiento sociodemográfico al período 1982-1994(Santiago: MIDEPLAN, 1997, Pág. 77.
[14] Sen, Amartya, Poverty and famines. An essay on entitlements and deprivation. Oxford: OIT-Clarendon Press, 1981.
[15] Los indicadores normalmente utilizados son normalmente empleados son: hacinamiento; materiales usados en la construcción de la vivienda; abastecimiento de agua; disponibilidad de servicios sanitarios; asistencia de los menores a la escuela primaria; escolaridad y actividad económica del jefe de hogar (Boltvinik, 1990). En Chile, también se ha agregado un indicador acerca del equipamiento del hogar y disponibilidad de bienes durables como TV, refrigerador, radio y similares. En Mauricio Olavaria, Op. cit., Pág.9
[16] Introducción a los Enfoques de Pobreza, profesores: Gregorio Cayo –Psicólogo Edwin Briceño –Ing. Comercial. Universidad Tarapacá, abril 2009.

lunes, 19 de julio de 2010

BRECHA EDUCACIONAL SIN GESTIÓN NO HAY PARAISO

Como nunca en nuestra historia el país posee un record de inversión en educación pública, como nunca en nuestra historia los estudiantes de sectores socioeconómicos altos se alejan a velocidades siderales de aquellos que privados de recursos, tienen en el Estado el límite de sus sueños y posibilidades.


El año 2005 los periódicos daban cuenta de una vieja y alarmante realidad: Sólo el 10% de los alumnos con puntajes nacionales en la PSU provenían de colegios municipalizados. Para seguir rompiendo record negativos, sólo el 58% de sus egresadas y egresados lograron el mínimo de 450 puntos exigidos por las universidades para postular a alguna carrera.

En contrapartida, los colegios particulares saludaban a sus hermanos pobres desde lo alto: Los que saltaban la valla subían a 69% en el caso de establecimientos subvencionados y llegaban a un 91% en colegios de financiamiento privado exclusivo.

La noticia consternó a la entonces recién asumida ministra de Educación, Marigen Hornkohl, quién puso rápidamente la voz en el cielo: “Las políticas de nuestro ministerio claramente apuntan a poner más recursos donde más se necesita y apoyar a nuestros jóvenes más desposeídos”.

Según señaló por aquellos días la autoridad “Es en la educación municipalizada donde más esfuerzo deben hacerse porque ésta es la que acoge a los niños que tienen problemas en otros sectores, por lo tanto no discrimina, no rechaza, ni pone requisitos previos que dejen a nadie fuera del sistema”. [1]


Pero la ministra no predicaba sola en el desierto, el rector de la Universidad de Chile en aquella época, Luis Riveros, con la perspectiva que otorgaba su posición y el deber que esta misma reclamaba[2], fue más directo y profundo: “(...) claro que uno no puede esperar un cambio muy importante de un año para otro, ni siquiera de un año para los próximos dos, pero cuando ya hablamos de una década con los mismos resultados quiere decir que no estamos haciendo bien las cosas”

Tan certeros comentarios no se perderían en el tiempo. Los hechos, como ocurre con los grandes clásicos, naturalmente llevarían a nuevas versiones de la misma máxima:

Algunos años más tarde, en la premiación a los mejores puntajes 2008 las Universidades tradicionales, declaran una vez más alarma pública:

El 74% de los puntajes nacionales pertenece a colegios pagados. Primera mala noticia.
El 58% de alumnos por sobre los 450 de tres años atrás, baja ahora a 57,68%. Segundo golpe bajo.
Mientras, el porcentaje de alumnos egresados de colegios privados que tocan el cielo universitario ha subido de 91% a 93%. Knock out a la buscada equidad.

¿Falta de recursos para la igualación de oportunidades? Un poco de historia no nos viene mal

La crisis vivida por la educación chilena durante los años ochenta, impulsó la necesidad de grandes reformas. Sus directrices están establecidas en el Informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación, difundido en 1995: Se proponía por entonces, grandes innovaciones que incidirían necesariamente en la naturaleza misma de la gestión escolar, la redefinición de las técnicas pedagógicas y en el rol de cada uno de los actores del proceso educativo. [3]
Hacer viable dicho proyecto, requería duplicar el gasto por alumno en la educación básica y la inversión pública y privada en educación como proporción del PIB en un plazo de ocho años. Los recursos, aunque nos parezca excepcional, estuvieron, están y siguen en incremento, como lo demuestra en el 2008 la promulgación de la Ley de la Subvención Escolar preferencial. Dicha iniciativa inyecta recursos adicionales y diferenciados según el nivel de niños y niñas con vulnerabilidad social que atiende cada establecimiento educacional.[4]

¿Pero que pasó?, ¿qué parte de la película nos perdimos? Tanto las evaluaciones Simce.[5] como los análisis post PSU nos devuelven las mismas y ya tan predecibles conclusiones: los resultados según grupo socioeconómico favorecen a los estratos de mayores recursos, la falta de equidad sigue perjudicando la educación de una enorme cantidad de niños y niñas, hombres y mujeres del futuro

La denuncia como circulo vicioso

Ante este escenario, ¿quién no podría estar de acuerdo respecto a la necesidad de más recursos y nuevas transformaciones en el sistema escolar? Argumento ad populum, que esgrimen rectores, ministros, expertos en Educación: hablan de brechas entre ricos y pobres, entre educación a bolsillo propio, y educación según la cartera del municipio.

Jefes de la educación superior miran y desmenuzan a la inferior. Secretarios ministeriales y especialistas en pedagogía, construyen apocalípticos discursos, revoluciones verbales, y utilizan frases que entusiasman tanto como asustan y estancan: “complejo escenario”, “invertir más recursos”, “optimización”, “gestión institucional”.
Pocos de ellos, sin embargo salen de la trampa de la denuncia, de la constatación de la multidimensionalidad del problema, del llamado ciego y vacío a una ciudadanía que está desprovista de información técnica y espacios de participación reales para cooperar activamente en el mejoramiento de la educación chilena.

Si quienes tienen poder de negociación, influencia en el veto o promoción de ciertas miradas, autoridad intelectual y capacidad técnica para fijar procesos, metas y resultados no pueden, no han podido, no han querido, o han querido sin poder, ¿quien más puede hacerlo?

Ante este escenario, los padres sólo tienden a resguardar a sus hijos del fracaso escolar, de la falta de oportunidades y la exclusión social que este fenómeno conlleva, pagando más, asumiendo lo que no tienen en muchos casos.

Mientras se cataloga de compleja esta realidad, la rueda de este vehículo motorizado sigue pisando a los que están abajo económicamente hablando, mientras que lleva lejos a aquellos que están por encima y cómodamente ubicados. Hay que subirse al carro, la única idea que promueve el juego de mercado.

Hay que solventar la posibilidad de tener los hijos en grupos pequeños, niños jugando a la pelota en prados verdes, y no canchas de tierra o el temible cemento. Los niños cuyos padres pagan, opinan tranquilos y seguros en sus clases, hay más minutos para atenderlos, hay más microscopios esperando sus ojos, más computadoras y sicólogos navegando o naufragando con sus viajes imaginarios. Más lenguajes cultos, menos groserías por metro cuadrado (posibilidad de que las malas palabras no sean el único repertorio), más giras de estudios, menos giras a la plaza del aburrimiento y la tentación fácil y resignada del no ser nadie.[6]
Un círculo vicioso, que no obstante, puede romperse, si se abandona este enfoque unidimensional.

¿De que estamos hablando?

El mismo informe Simce 2007 permite concluir que los colegios municipales lo hacen mejor en los sectores socioeconómicos más bajos que los colegios particulares subvencionados.[7]

Se trabaja con pobreza y los rendimientos no parecen, son mejores. Cuestiones relacionadas con la buena gestión escolar, el compromiso con la educación y el profesionalismo hacen que se multipliquen los panes y los peces.

La planificación en dichos establecimientos cumple con saber compatibilizar las tareas y acciones necesarias para el desarrollo a largo plazo, con la coordinación y planificación para lo cotidiano, lo urgente, lo inevitable.

Allí el capital humano se transforma en capital social. La lógica de la experiencia individual se torna conocimiento colectivo, aprendizaje en red, respuestas rápidas e innovadoras desde donde se está y con lo que se tiene. Toda una transformación de procesos guiada por la acumulación de capital social educativo.

La ley SEP y los compromisos que pueden mejorar la educación

En dicha línea la ley Subvención Escolar Preferencial provee una oportunidad para optimizar recursos, voluntades y emprender un camino de compromiso con proyectos educativos generados desde el corazón mismo de la institución.

Dicha iniciativa no se centra sólo en “más platas”[8] sino en un proceso de decisiones y tareas que contempla un diagnóstico acorde a las necesidades de cada colegio, un plan de mejoramiento enfocado al desarrollo de metas alineadas con dicho diagnóstico, y una necesaria evaluación que haga converger uso de recursos con excelencia pedagógica.

¿Una Nueva panacea? En modo alguno, las desigualdades existentes en nuestro sistema educativo, no desaparecerán de un plumazo, mejorando la gestión. Son muchos los obstáculos que encuentra en su camino dicha intención.

Desde lo económico (los recursos estarán siempre muy lejos de lo optimo), hasta desigualdades, barreras y resistencias, que están casi insertas en el ADN de nuestra cultura escolar[9]

Esta compleja realidad no se cambia con una ni dos medidas, tampoco con diez.

Sin embargo, la Subvención Escolar Preferencial provee la oportunidad a cada institución de asesorarse por especialistas, desarrollar planes de acción acordes a su cultura organizacional. Este conjunto de acciones intencionadas estratégicamente
vuelven tan preponderante la solución de problemas que giran en torno al currículo como los que pertenecen a la dimensión afectiva y relacional de cada comunidad educativa.

Todo esto con el ingrediente adicional, de sentir la necesaria “presión” para cumplir con sus propios compromisos. [10] Como ya lo habrá usted intuido, el cambio basa su apuesta en la profesionalización de la gestión escolar en sus más diversos ámbitos.

Al menos en el camino proyectado, parecen darse señales claras para favorecer una discriminación positiva, y la igualdad de oportunidades para los alumnos y alumnas más vulnerables de nuestro país. La salvaguarda de este política estatal, lo que hace posible creer en ella, más que en otras anteriores, está directamente relacionada con la idea de no entregar simplemente dinero a lo “Farkas”. Su basamento clave es la evaluación, la supervisión de montos y metas, la mirada atenta sobre el proyecto escolar y su coherencia práctica.

No es la llave mágica, sino simplemente una dimensión que faltaba en la búsqueda de soluciones integrales y comprometidas para la educación. De aquellas que aún están por escribirse en las pizarras de muchas escuelas.


Citas

[1] Diario La Nación, martes 20 de diciembre del 2005.

[2] Ya se ha hecho una tradición que el jefe de la casa de estudios que administra históricamente la Prueba de Selección Universitaria, transforme todo el caudal de información que recibe de este instrumento en un breve análisis de sus resultados.
[3] Entre las tareas propuestas en el informe aparecen. reforzar las competencias adquiridas por los alumnos en cada nivel, ampliar la jornada escolar y dotar poderosamente al sistema en su conjunto de mayores recursos pedagógicos, con una mirada que priorizaba el apoyo a los establecimientos más pobres en términos de gestión de recursos, acercamiento a las TICs y formulación del proyecto educativo. Así como una política que buscaba incentivar el ingreso a la carrera de pedagogía y el desarrollo de una línea de perfeccionamiento sólida para docentes. Marcel, Mario y Tokman, Carla. ¿Cómo se financia la educación en Chile?, Estudios de Finanzas Públicas, Diciembre 2005. Disponible en pdf, http://www.dipres.cl/572/articles-21669_doc_pdf.pdf

[4] Entre las diversas reformas, incluyendo la ley de Subvención Escolar Preferencial promulgada el 25 de enero del 2008, el estado chileno inyectó 900 millones de dólares adicionales al presupuesto de educación.
[5] Véase resultados Simce 2007.
[6] Para el historiador Gonzalo Vial, la cantidades que el estado ha invertido hasta ahora por alumno, 1.5 UF en promedio, es absolutamente insuficientes "con menos de UF 3 a 3,5 por mes, no se saca nada, es tirar la plata al agua. Por eso comparar la prueba Simce del estudiante privado con la del gratuito es una burla cruel, una insolencia". Harold Beyer del Centro Estudios Públicos (CEP), intentando responder a la discusión sobre la subvención adecuada por alumno, llegó en el 2007 al siguiente cálculo preliminar: entregar enseñanza de calidad a un niño de escasos recursos implicaría $67.129 mensuales. Sin embargo, este mismo investigador, advierte que esta cantidad aún está lejos de lo que gastan los colegios particulares, los que, según datos de Beyer, invierten, en promedio, $142 mil mensuales. Véase Cuánto cuesta educar a un niño, o a La tercera, 23 de mayo del 2007. La información está disponible http://mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/archives/2007/05/cuanto_cuesta_e.html


[7] Simce ¿qué nos dicen los resultados?, en www.educarenpobreza.cl

[8] Los dineros asociados a la Ley de Subvención Escolar Preferencial, implican un aumento de la subvención otorgada a las escuelas que atienden a alumnos con mayor vulnerabilidad socio-económica. “Por ejemplo, un alumno prioritario de primer ciclo de una escuela urbana que antes recibía 34 mil 883 pesos por concepto de subvención, hoy podrá obtener 63 mil 960 pesos y un alumno prioritario de primer ciclo de una escuela rural que antes recibía 37 mil 850 pesos, hoy podría llegar a obtener hasta 70 mil 442 pesos.”. Dichos dineros han comenzado a ser pagados a partir del 6 de junio del 2008. Véase Gobierno de Chile pagina web: http://www.gobiernodechile.cl/viewEjeSocial.aspx?idarticulo=22435&idSeccionPadre=16
La Subvención Escolar Preferencial se comenzó a pagar el 6 de junio de 2008. Los sostenedores pueden visualizar el detalle de los conceptos de la subvención preferencial ingresando con el RUT de sostenedor y la clave en la zona privada del sitio web http://www.comunidadescolar.cl/

[9] Mire usted por ejemplo, como el individualismo y la competencia descarnada se hacen más fuertes en muchos colegios, apagando la llama de la cooperación entre los actores del sistema escolar.
¿No postula ahora la desconfianza general a instalar su propia oficina permanente dentro de cada establecimiento educacional? ¿No son la cultura de la precariedad, el verticalismo, la poca participación y la ausencia de respeto a la profesión docente, elementos que perpetúan el temor al cambio?
No es extraño entonces que las profecías autocumplidas en este ámbito estén ganando adeptos: “Venga lo que venga, nada va a cambiar”
[10] Quizás uno de los aspectos más característicos de la Ley de Subvención Escolar Preferencial, en esta materia es que desarrolla compromisos reales e ineludibles entre ministerio de educación e instituciones escolares. En tal sentido, la ley obliga a diseñar e implementar un plan de mejoramiento en cada una de las escuelas clasificadas como emergentes, considerando la entrega de recursos específicos para cumplimiento de las metas que se fijen en los cuatros años de vigencia de este plan.